viernes, 4 de septiembre de 2015

De simplezas y complejidades

Aunque no soy una persona ni famosa ni conocida, he sido entrevistada varias veces en diferentes medios de comunicación por razones que no vienen a cuento. Y he de decir que pocas han sido las veces en las que no me ha decepcionado el resultado. De entrada, siempre me veo desfavorecida y hasta mi voz me desagrada.

Pero esa incomodidad narcisista pasa rápidamente a un segundo plano. A menudo lo que prima cuando veo el resultado de estas entrevistas es 1) perplejidad. Me quedo perpleja de la distancia que compruebo que hay entre lo que yo creo que dije y lo que leo, escucho o veo (cuando ha sido, evidentemente, editado). Me digo que o yo me explico muy mal o quien me entrevista no tiene demasiado interés. El 2) mosqueo viene luego, especialmente cuando los temas sobre los que me entrevistan son de esos sobre los que se suelen decir cuatro simplezas a modo de explicación y que éstas salen indemnes después de la entrevista. Mi impresión suele ser que o lo que he dicho no ha tenido efecto o que mi aportación ha sido noqueada por razones que me sobrepasan.

También me adviene 3) cierto cansancio, porque esto me ocurre más a menudo de lo deseado. Y porque parece que no aprendo: ¿por qué no rechazo estas invitaciones? He de contemplar la posibilidad de que puede ser por pura vanidad. En este punto mejor no entramos.

Después de procastinar durante varios meses (porque el vídeo que provoca esta entrada se realizó y se publicó hace ya un tiempito), hoy me decido a expresarme públicamente a través de mi pequeño blog. Es posible que lo haya ido dejando porque el periodista fue muy amable y me apena escribir esto por él. Pero más me apena haber vuelto a tropezar con la misma piedra. Aprovechando que ahora tengo un blog, me expreso.

En esta ocasión, el vídeo se emite desde una televisión que se ve en todo el mundo (lo que no sé es si ve mucho), y no un pequeño medio local (que es a lo que estoy más acostumbrada). Desde este humildísimo y poco leído blog, que representa una diminuta y débil vocecita ante los grandes medios de comunicación, me gustaría patalear sobre su contenido.


El vídeo trata sobre las sociedades gastronómicas de mi ciudad y su primitiva tradición de impedir o limitar la entrada de las mujeres en tan castos lugares, vídeo para el que fuimos entrevistadas una colega y una servidora. Aquí el vídeo:


Y en este enlace: http://www.dw.com/es/espa%C3%B1a-hombres-solos-en-los-fogones/av-18557002
 
Dirigí hace años un estudio bastante tocho sobre las sociedades gastronómicas y les puedo asegurar que el tema difícilmente se puede ventilar así. Y aquí me encuentro con una situación desgraciadamente demasiado habitual: la vida, generalmente, se explica mediante unas pocas frases hechas con poco o ningún fundamento, eso sí, muy simples, y, por ello mismo, con más fuerza que cualquier explicación argumentada, demostrada y contrastada. Las explicaciones suelen ser demasiado complejas y tediosas, y solo interesan a unas cuantas personas curiosas y con tiempo de sobra. La simpleza gana. Los varones entrevistados en el vídeo son un ejemplo viviente de lo que digo y, desgraciadamente, ocupan tantos minutos en este breve vídeo como espacio en sus sociedades.


No voy a explicar el complejo tema de las sociedades gastronómicas. Me canso. Me aburre. Del mismo modo que me cansa y me aburre ser testigo de la manera en la que a menudo se depachan cantidad de temas haciendo gala de una tremenda superficialidad. Con el agravante de que a menudo se trata de temas de gran transcendencia y seriedad (por ejemplo, el machismo o el racismo, por mencionar dos casos muy comunes). Y esto no es un defecto de ciertos medios de comunicación, sino también algo con lo que me encuentro hasta en la carnicería de mi barrio.

Es evidente que hay que aprender a dar argumentos como se dan puñetazos: rápida, breve y contundentemente. ¿Y olvidarse de las explicaciones?

2 comentarios:

  1. Los caminos del machismo son insondables.
    Pero me ha encantado el video... por las caras queridas que aparecen :-)
    Patxi

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  2. Lo siento mucho, que estas tan deceptionado con el video. Como ya te dije, no entiendo exactamente tu punto de vista. Es un video, no es un articulo o un tratado en que se puede explicar en todos los detailles los problemas de género o que hay detrás de estas costumbres de las sociedades. A mi me parece que se puede ver muy claro el character de las sociedades gastonomicas y claro que hay que presentarles, para ver lo y tambien para entender los comentarios de los criticos - tuyos. Claro, que todo pasa al nivel de un video, i.e. "gana la simpleza". Pero creo, que es correcto. Era un video de las sociedades y no de los problemas de género.

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