martes, 11 de abril de 2017

Nos vamos a Calais 2

A dos días de nuestra salida hacia Calais, sigo siendo incapaz de imaginar lo que nos vamos a encontrar ahí. No consigo aventurar nada. Mi cerebro parece estar demasiado ocupado con las chorradas cotidianas, y en cuanto me pongo a pensar en el viaje, ¡grulp!, el pensamiento se me escurre cual pececillo entre los dedos.
Hoy dispongo de una imagen tomada hace solo unas pocas horas en el campamento de Dunquerque, una imagen que me hace aún más difícil atisbar qué nos espera allí. Este campo de refugiados,  en el que trabajan las asociaciones con las que vamos a colaborar, ha sido devastado por un incendio. Eramos pocos y parió la abuela.




En fin, si antes me resultaba difícil imaginar, ahora el reto es aún mayor. ¿Cómo se imagina una a quienes no tenían nada y que ahora tienen menos? Digo imaginar, pero igual es un poco confuso, porque parece que hablamos de imágenes, y éstas, hoy en día, no nos faltan: nos llegan como si hubiéramos dejado el grifo del agua abierto. Lo que no puedo es imaginar, en el sentido de prever, adelantar, presentir la experiencia que allí nos espera (y ahora aún menos). No sé cuánto nos vamos a poder acercar a las vidas de estas personas. No sé si podremos ver (sentir, entender) qué queda en una vida cuando no te queda nada, ni un lugar confortable donde sentarte, una mesa con platos y comida, una ducha caliente, unas zapatillas de casa, el calor de una calefacción, no sé que queda cuando no cabe en una vida el gustito de cerrar la puerta tras de ti cuando llegas a casa. Por no hablar de cosas más sangrantes.

¿Dónde queda la humanidad (la cualidad de ser humano) en una situación tan abrumadora? ¿En qué se refleja? ¿Cómo hace una para montarse un cotidiano al que agarrarse en tales circunstancia, para inventarse una dignidad con la que seguir tirando? Me supongo que habrá pequeños refugios donde reconfortarte un poquito, como tomar una taza de café, o fumar un cigarrillo. No lo sé; no puedes estar todo el día yendo y viniendo de ningún sitio a ningún otro ¿o sí?.

El incendio, es de suponer, habrá destruido gran parte de lo que se construyera para dar a las personas que ahí viven la sensación de que la vida es una vida y no una mierda. Me temo que ahora solo les queda la mierda.

2 comentarios:

  1. Para quien quiera conocer algo más sobre la situación http://www.independent.co.uk/news/world/europe/child-refugees-france-uk-new-market-smugglers-traffickers-a7622656.html

    ResponderEliminar
  2. Nunca seremos conscientes de la suerte que hemos tenido por hacer nacido en este rincón del norte del sur o del sur del norte. Gracias Beatriz por abrirnos el corazón otro poquito. Beno

    ResponderEliminar