Es difícil, sino imposible, separar la vida de una del resto del
mundo. Mis días ahora mismo se componen de frustraciones personales
del tres al cuarto y de anhelos egóticos, por un lado, y del dolor
(masivo) ajeno del que nos ha tocado ser testigos, por el otro. Mis
pensamientos y energías van y vienen entre qué ponemos para cenar y
el drama de las miles de personas que huyen de la guerra y se hunden
en el barro europeo.
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Foto: Principia Marsupia @pmarsupia Mar 13 |